Al contrario de lo que decía la Madonna chanante... “El tiempo NO pasa despacico” sobre todo si estas inmerso en la rutina del día a día. Y la rutina, rutina es en Yecla, en Londres, en Pekin o en Pokón.
Parte de mi rutina diaria es ir a trabajar cada día con una bici “alquilada”. Y es que el transporte aquí es muy caro y con estas bicis pagas una pequeña cuota y puedes coger la bici de uno de los “muelles”, usarla, y dejarla en otro cerca de tu destino. Se llama Barclays Cycle Hire, y esta patrocinado por el banco Barclays, que te patrocina también las agujetas, la sudoración, cuando laputa bici no va bien, cuando no hay bicis disponibles... vamos, un patrocinio completo.
Este servicioinfernal está también en ciudades como Valencia, donde se llama Valenbisi; o en megalópolis como San Vicente del Raspeig, conocido allí como Bicisanvi (si, el naming es de traca). Suelen ponerlo ciudades más o menos llanas. Esto lo pones en Yecla y hay que instalar una UCI en las calles altas... por aquello de las pájaras... y en las calles bajas también... porque los frenos muy finos no van... En el caso de querer circular por el pedregal parque de las palomas, lo mejor sería poder coger una mountain bike... Son ideas para la nueva corporación.
Los primeros días cycling fueron bastante terribles. Había momentos en los que me sentía como en una gymkana de Pekin Express, padeciendo entre los buses de dos plantas como un pollo entre las patas de un elefante (es una referencia rebuscada, pero una referencia). Y para mas inri, aquí conducen por la izquierda... Por mucho que nos fastidie, el izquierdo es el lado “correcto” porque así era como se conducían los coches de caballos y al cambiar a los automóviles lo mantuvieron, menos en Francia y países afines, donde Napoleón decidió ir por el lado derecho para hacer la puñeta a los ingleses... Así que por culpa de Napoleón, entre que se conduce por la izquierda y que no me conocía las calles, hubo momentos en los que iba en dirección prohibida por el lado incorrecto. Triple salto mortal. Solo me faltaba ir yo abajo y la bici encima.
Con el tiempo he perfeccionado mi bici-rutina de cada mañana: busco una bici, bordeo la rotonda, cruzo el parque, me paro en un semaforo frente a la embajada de China donde hay una señora haciendo tai-chi-protesta contra algo, esquivo un par de taxis, paso por la BBC (y me persigno, amen), giro otra vez, me meto por una calle peatonal y aparco la bici. Es un “deporte” extremo, pero he desarrollado una destreza para esquivar retrovisores que parezco un caballero Jedi...
Cómo admiro ahora a todos esos yeclanos que van en bici a trabajar saltándose la (anti-ahorro y anti-ecológica) costumbre de “un coche por persona” y arriesgando su vida en el carril bici de la carretera de Villena (sí, ese en el que te encuentras postes, adoquines imposibles y que... de repente se acaba... “finis-bicie”). Bien por ellos.
Y es que pesa a todo, lo de ir en bici tiene sus buenos momentos. Adelantas coches, taxis y buses... subes y bajas calles en pleno Londres. Mueves tú la bici y ves la ciudad pasar. Sigues avanzando tan deprisa como la propia rutina del día a día. Al fin y al cabo, la cosa es no pararse.
PD: Un post un poco más light despues de el de la semana pasada, pero la #acampadayecla continúa esta noche dentro de nuestras fronteras. Toda la info: www.facebook.com/acampadayecla
Parte de mi rutina diaria es ir a trabajar cada día con una bici “alquilada”. Y es que el transporte aquí es muy caro y con estas bicis pagas una pequeña cuota y puedes coger la bici de uno de los “muelles”, usarla, y dejarla en otro cerca de tu destino. Se llama Barclays Cycle Hire, y esta patrocinado por el banco Barclays, que te patrocina también las agujetas, la sudoración, cuando la
Este servicio
Los primeros días cycling fueron bastante terribles. Había momentos en los que me sentía como en una gymkana de Pekin Express, padeciendo entre los buses de dos plantas como un pollo entre las patas de un elefante (es una referencia rebuscada, pero una referencia). Y para mas inri, aquí conducen por la izquierda... Por mucho que nos fastidie, el izquierdo es el lado “correcto” porque así era como se conducían los coches de caballos y al cambiar a los automóviles lo mantuvieron, menos en Francia y países afines, donde Napoleón decidió ir por el lado derecho para hacer la puñeta a los ingleses... Así que por culpa de Napoleón, entre que se conduce por la izquierda y que no me conocía las calles, hubo momentos en los que iba en dirección prohibida por el lado incorrecto. Triple salto mortal. Solo me faltaba ir yo abajo y la bici encima.
Con el tiempo he perfeccionado mi bici-rutina de cada mañana: busco una bici, bordeo la rotonda, cruzo el parque, me paro en un semaforo frente a la embajada de China donde hay una señora haciendo tai-chi-protesta contra algo, esquivo un par de taxis, paso por la BBC (y me persigno, amen), giro otra vez, me meto por una calle peatonal y aparco la bici. Es un “deporte” extremo, pero he desarrollado una destreza para esquivar retrovisores que parezco un caballero Jedi...
Cómo admiro ahora a todos esos yeclanos que van en bici a trabajar saltándose la (anti-ahorro y anti-ecológica) costumbre de “un coche por persona” y arriesgando su vida en el carril bici de la carretera de Villena (sí, ese en el que te encuentras postes, adoquines imposibles y que... de repente se acaba... “finis-bicie”). Bien por ellos.
Y es que pesa a todo, lo de ir en bici tiene sus buenos momentos. Adelantas coches, taxis y buses... subes y bajas calles en pleno Londres. Mueves tú la bici y ves la ciudad pasar. Sigues avanzando tan deprisa como la propia rutina del día a día. Al fin y al cabo, la cosa es no pararse.
PD: Un post un poco más light despues de el de la semana pasada, pero la #acampadayecla continúa esta noche dentro de nuestras fronteras. Toda la info: www.facebook.com/acampadayecla