13 julio, 2011

Ep. 8: Harry Potter y la Carretera de Fuente Álamo (nuestras cosas)

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El jueves estuve (detrás de las vallas y desde una ventana) en el estreno de la octava (y última) pelicula de Harry Potter. Nunca un libro ha movido tanto (en todos los sentidos), con una Trafalgar Square tomada por el marketing, las estrellas de la saga (incluida la escritora-celebrity) y los miles de fans gritones. Por una tarde, el epicentro del cine blockbusteriano y la literatura de megamasas.


Ficción y realidad-ficción. Recorriendo la ciudad puedes pasar junto al 221b de Baker Street, respirar en callejuelas el ambiente que rodeaba a los niños de Dickens, olvidarte de este mundo de muggles y cruzar el anden 9 y ¾, o lograr ver en alguna ventana a una Wendy escudriñando el cielo. Ficción que vive en la realidad londinense. Y por si fuera poco, lo que algún día fué realidad es también casi ficción. Desde el mujeriego Enrique VIII, Jack y sus “destripes”, el paso de peatones de “Los Beatles”, o la multitud de celebrities que viven en los barrios “bien” y se dejan ver “no tan bien” en las zonas de moda. En esta “realidad” ya no hay rastro de Alicia. Ahora es Amy Winehouse a la que le persigue el “conejo blanco”.

Esto demuestra que Londres no es sólo edificios, parques y gente corriendo. Londres es también lo que “no es”, o lo que un día fué en la mente de algún autor (escritor, guionista o periodista “cuentista”). La ficción y la realidad-ficción es parte del encanto de la ciudad y tan seña de ella como el Big Ben o los punkys “para turistas”.


Y... ¿nosotros no tenemos de esto en Yecla? Lo tenemos, solo que no le sacamos partido...

Dejemos un poco en paz al pobre Azorín porque lo tenemos sobreexplotado. No paramos de nombrarlo, usar sus palabras, vender la visión que tenía de nuestro pueblo... el pobre estará arrepentido de haber venido a estudiar a Yecla...

No hay que preocuparse, tenemos mucho más.

Tenemos al Pascualico de Castillo Puche, aquel que miraba la Iglesia Nueva desde su higuera antes de que la cortasen. Y en la propia iglesia tenemos esa virgen blanca “encaladísima” sobre la puerta del Atrio. Nadie sabe como apareció ni que permisos se pidieron para “prostituir” de esa forma la fachada de la iglesia pero... ahí está (¿milagro?). O al nuevo párroco, con el que podemos hacer tours por los sermones medievales y el “vamospatrasismo” de esta institución en nuestro pueblo.

También tenemos a la Eduvigis, al bandolero reconvertido en capitan ilustre Soriano Zaplana, las leyendas del Arabí (más allá de Iker), la ratio de Audis por habitante, la misteriosa sinrazón de haber derribado las Escuelas Pías, o el “proyecto interminable” de la Carretera de Fuente Álamo (al estilo Sagrada Familia de Barcelona). Hasta incluso tenemos el enorme privilegio de ser el único pueblo del mundo con un experto en protocolo que no tiene educación (no es contradictorio, ¡es único!), además de programador y “guardián de las llaves” (un concepto realmente literario). ¡Tenemos tanto que mostrar!

O la Yecla encrucijada de caminos y mezcla de regiones (manchegos, alicantinos y un poco murcianos), nuestro espíritu localista (¡región comunidad autónoma país independiente!), o nuestro carácter emprendedor, luchador y currante. Tantas y tantas cosas que nos hacen únicos pero que obviamos por ser cotidianas.


Hay todo un “universo yeclano” por mostrar ahí fuera (o ahí dentro). Será por personajes, historias, chascarrillos, yeclanish recochineo y demás cosas inigualables. Y si no las encontramos nos las inventamos. Si hemos sido capaces de creernos durante años el ombligo del mundo tenemos “inventiva” para eso y para más.






08 julio, 2011

Harry Potter Premiere desde detrás de las vallas y desde la ventana de una biblioteca...

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Acaba de pasar y me he dado cuenta rodeado de teenagers que ya no estoy para estos trotes... Se acabaron los estrenos y alfombras rojas del fenómeno Harry Potter después de 7 libros y 8 películas. Esta tarde, ha sido la premiere mundial de la última.


La premiere ha sido en Trafalgar Square porque Leicester Square (lugar de los mega-estrenos en Londres) está en obras, aunque la alfombra roja (tapada con lonas) llevaba por callejuelas desde Trafalgar hasta el cine en Leicester.




A partir de las 4 de esta tarde ya se podía ver por internet y a eso de las 5 y cuarto ya no he podido aguantar más y he bajado a ver el ambientazo muggle que había en Trafalgar. Impresionante. Desbordado todo. Peor que en la boda real porque todo estaba concentrado en una plaza. 



A lo que es el recinto de la alfombra roja era imposible acceder porque ha habido gente esperando desde el lunes para poder estar ahi... así que después de dar mil vueltas y sólo ver vallas me he colado en una biblioteca y junto con otros (colados) he podido ver algunos de los actores que pasaban por la alfombra roja a bastante poca distancia: Ralph Fiennes (Lord Voldemort en la película), Michael Gambon (Dumbledore), Alan Rickman (Snape), Evanna Lynch (Luna Lovegood), Domhnall Gleeson (Bill Weasley), Helena Bonham Carter en caddie (Bellatriz Lestrange), Jason Isaacs (Lucius Malfoy), Tom Felton (Draco Malfoy), Matthew Lewis (Neville), Devon Murray (Seamus Finnigan), Jessie Cave (Lavender Brown), Afshan Azad (Padma Patil), el gran Jim Broadbent (profesor Slughorn), Miriam Margolyes (profesora Sprout), David Thewlis (Remus Lupin), David Bradley (Filch), Robbie Coltrane (Hagrid), James y Oliver Phelps (los gemelos Weasley) y el simpatiquísimo Mark Williams (Arthur Weasley).

Todo esto apiñados desde una ventana de una biblioteca a un piso de altura. La gente (muchísima) que pasaba por la alfombra roja se quedaba flipada e incluso nos hacía fotos (como ha hecho el actor que hace de Bill Weasley). 

Creemos haber visto pasar en uno de los caddies (coches de campos de golf) a J.K. Rowling, pero no estamos seguros. Del trio protagonista ni idea. O han pasado por otro sitio o han usado polvos flú (no estaba permitido trasladarse en Trafalgar).


Gente tirada en el suelo para ver por debajo de las lonas...



"Bill Weasley" tras hacer una foto al cuadro que formbábamos todos apiñados sobre la ventana de una biblioteca

"Luna Lovegood" más borrosa que nunca...




Al terminar la alfombra roja la gente ha empezado a rapiñar las lonas que la cubrían (que eran geniales, imitando a tapices con los emblemas de las 4 casas). No he ha dado tiempo a coger nada.



Y hasta aqui la premiere desde detrás de la valla y desde la ventana de una biblioteca (buena metáfora...). Se acabaron las premieres de Potter. Avada Kedabra!

07 julio, 2011

Ep. 7: Degratis (Oda a la vida rater)

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Llega poco a poco y sin que lo notes. Se va instalando en ti y empieza a crecer. Y cuando te quieres dar cuenta... eres un rata. Gastas poco, te piensas cada compra y exprimes cada euro/libra. Por favor, antes de juzgarme, sepan que no siempre he sido así. Digamos más bien, que el mundo me ha hecho así.

Ni París, ni Nueva York, ni Pinoso, ni Hong Kong... Londres es la ciudad más cara del mundo. Y a otro nivel, Yecla tampoco es lo que se dice una ciudad barata (solo hace falta salir a comprar ropa para darse cuenta de que en nuestro pueblo todo es un poco más caro que en los pueblos vecinos, como si hubiese un “arancel yeclano”). Si mezclamos estas dos ciudades y le añadimos la situación económica actual (paro juvenil incluido en la ecuación)... el resultado es que mi raterismo está desbordándose cual Támesis. Estoy entrando de lleno en la rater way of life.

El raterismo se aplica al día a día sobre todo en la cesta de la compra, y en eso en Yecla tenemos sabiduría para exportar. La loable practica de recorrerse medio pueblo para comprar la leche 3 pesetas más barata o hacer cola durante dos horas en el Sangüi porque el pan es de Caudete y cuesta 10 céntimos menos son prácticas muy nuestras. Aquí son más de sandeces como recortar cupones con los que ahorrarte un 0,1% en compras superiores a 50 libras y cosas por el estilo... Eso sí, el Tesco es toda una institución en la vida rater londinense. Desde YA nuestros supermercados patrios deberían adoptar una Tesco-idea que revolucionaría nuestras vidas: la sección de productos a punto de caducar a precio reducido. Soy un asiduo a esa estantería. Y a las gastroenteritis leves.


Pero no sólo de pan vive el hombre, también hay que alimentar el espíritu con cosas “for free”. Museos, conciertos, exposiciones, bodas reales, borrachos dando el espectáculo en plena calle, borrachos en bodas reales dando el espectáculo... aquí en Londres es fácil encontrar actos culturales gratuitos, pero se hecha en falta lo que en Yecla es un referente en el estilo de vida rater. No, no hablo de aquella señora que recogió melones de un camión que había volcado en la circunvalación y estuvo comiendo melones "degratis" un lustro... No. Hablo de nuestros entrañables abuelos. Los mismos que miran obras, celebran “asambleas” del 15M al sol o aparecen en reportajes de España Directo golpeando estatuas. Son asiduos cuando reparten algo (como macetas pre-electorales del PP), en inauguraciones con cucos y olivas (dicho finamente “vino de honor”) y sobre todo en asentarse tres horas antes de que comience cualquier acto cultural gratuito, esperarse, comenzar a criticarlo porque no les gusta y dormitar y/o boicotear el acto no aplaudiendo. Da igual que sea un concierto de heavy, una zarzuela o una obra de teatro descontructivista. Aguantan hasta el final porque es gratis. Mi más sincera admiración para todos ellos. Tengo mucho que aprender.

Y es que si algo es gratis, lo coges, no lo desprecias, aunque no te haya costado un duro. Eso es ser agradecido. No como en aquella horterada pagada por todos los murcianos gala de “Murcia qué hermosa eres” en las Pozas, donde los asientos se llenaron de yeclanos que habían recogido su entrada gratis... pero que encuantico empezó a refrescar (helor incoming) se largaron de allí, dejando a los presentadores congelados y solos. Nunca Norma Duval ha tenido los pezones más escarchados... y nunca ha habido menos público para admirarlos...


Y es que como he dicho hay gente que no valora lo “degratis”. No lo hacen. Será que no son parte de la generación que las pasó canutas tras la guerra ni de los que hemos pasado del despilfarro al raterismo en unos pocos años. Porque aunque no lo creamos, no siempre hemos sido así. Somos parte de una generación que ha nacido y crecido con mucho y ahora nos hemos quedado con bastante menos (algunos con nada de nada, un absoluto drama por desgracia muy cercano). Al menos estamos aprendiendo. Porque el raterismo también conlleva una actitud de valorar todo un poco más, y sobre todo, de darse cuenta de que por reír, soñar, estar con los amigos, pensar, emocionarse demás cosas importantes de la vida no tenemos que pagar nada. Aqui y alli, en no-libras o no-euros, en inglés o en yeclanish, es dificil resistirse a lo "degratis" . Aunque tengo ya unas ganas de empezar a derrochar y dejar de ser un rata...